lunes, 18 de mayo de 2009

EL TUNEL


Hoy quiero hablaros acerca del túnel.

El túnel, es un sitito al que yo solía ir casi todos los fines de semana, pero de unos años a esta parte por alguna razón dejé de pasarme por allí. Si acaso lo veía de lejos, o me asomaba a la puerta siempre entreabierta como mucho. La cosa es que este finde he vuelto a entrar en el túnel y me he reencontrado con antiguas experiencias que quiero compartir.
Me remontaré a los orígenes.

Exactamente no recuerdo que año fue, creo que en 4º de eso más o menos cuando entré por primera vez en el túnel.

Yo ya me había cogido mis buenas borracheras de chico, pero hubo un día que me cogí una papa brutal y estaba lo suficientemente consciente como para darme cuenta que ese estado en el que estas gripando, que te has bebido hasta el agua de la fregona, que tienes un malestar que no se te quita con nada, y que como te descuides te vas a tener que sentar en cualquier lao a potarla es la entrada del túnel.

Recuerdo que aquel primer día bebimos en el kely de alguien, o después de beber fuimos a un kely... y yacía yo medio en trance en el sofá cuando alguien me pregunto: "¿estas bien?" y yo respondí: "estoy entrando en el túnel" y así empezó todo.

El túnel es un sitio acogedor, no se está del todo mal, y la gente sale y entra como le apetece. Dentro del túnel todo el mundo esta perjudicaísimo pero todos se respetan, incluso se pueden llegar a hacer amistades.
Para entrar en el túnel tienes que haberte puesto hasta las manetas de to, y cuando sientas que el mareo que llevas es sobrehumano, que tienes que sentarte y abanicarte, o que por mucha fiesta que haya a tu alrededor tienes que estar concentrado en realizar las funciones necesarias para que tu cuerpo sobreviva estarás cruzando la entrada.

La entrada realmente es lo peor, porque pasas del mundo real al mundo en trance nirvánico que es el túnel, el paso entre mundos es el momento chungo que ya he explicado antes, pero una vez dentro, estás más relajado. Es ese momento en el que tienes la mirada perdida, que respiras rítmicamente y con dificultad, y que tienes el cuerpo en stand-by para sobrevivir a la borrachera, amigo, estás dentro del túnel.
Las cosas que te dicen del mundo real casi ni las percibes, y respondes a las preguntas que te hacen con monosílabos y balbuceos. Tu única preocupación es la de estar quieto, con la mente en blanco, respirando y pensando en cosas bonitas y no alcohólicas, ese es el túnel.

Yo he llegado un punto en el que ya os aseguro que veo la puerta, la luz y el túnel en sí, pero es que yo me he adentrado muy profundo en el túnel y demasiadas veces, yo era un asiduo en mis buenos tiempos, y este pasado fin de semana me recibieron como al hijo pródigo que vuelve a su patria.

Una vez que ya sabéis lo que se siente en el túnel os diré que lo mas difícil de todo es salir. Para salir del túnel yo solo conozco dos maneras:

1 - Potar. Potar y tener la suerte de que la potada te siente bien, porque ese es otro tema, hay potas y potas, que a veces potando te quedas peor, y muy contadas veces potando te quedas nuevo, no obstante es probable que aunque no te quedes nuevo potando salgas del túnel (este fin de semana intenté que esa fuera mi salida, pero al final conseguí no potar)

2 - por la puerta de atrás. La pota es lo que todo el túnel espera, es la forma para salir, y creo que dentro del túnel hasta disfrutan viéndote irte con el sufrimiento. Pero también está la puerta de atrás, sales del túnel sin avisar y sin despedirte de nadie (y sin potar) estos casos son muuuy complicados de darse, y es necesario que la noche de un vuelco para bien, que se te activen las pocas neuronas que te quedan y te inspiren vida. Si el ambiente cambia, o tus amigos te animan para hacer algo, o viene una tía con maléficas intenciones, puedes salir del túnel lentamente por la puerta de atrás, pero esta salida puede hacerte recaer en cualquier momento.

Bueno, espero que os hayáis sentido un poco identificados, y quizás que hayáis descubierto que habéis estado en el túnel y no lo sabíais. No obstante espero que en las borracheras futuras que os cojáis no tengáis que pasar por el peaje del túnel, porque no es precisamente un trago bonito. Nos vemos chavales.

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